EL SANTO

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                        EL SANTO 


            

- ¿ Que es un  Santo ?.

En lo primero que se nos ocurre es pensar en nuestro beato, por  lo cerca que nos queda Isnotu: ése pintoresco y apacible pueblito de los andes rodeado de montañas cargado de lágrimas verdes que en las mañanas son brillantes y en el ocaso son luceros;  y , más que nada , también por el cuento  sarcástico de aquél  único carro en Caracas - un Hudson 1918, en la Pastora decimonónica - que atropella a nuestro beato en un sacrificio sublime y , si lo quieren,  emblemático  muy necesaria para hacer realidad aquélla languidez mística  que se desprende del incienso  y de la frescura de las pilas de agua bendita adormecida por el resplandor de las velas y , él,  nuestro beato y mil veces postualdo Santo,  es  victima de un moderno y poderoso 6 cilindros a gasolina, de tres velocidades y lámparas de kerosene. 

Y- claro - es por la necesidad de Santos para consumir que la crisis y la vaina - como paliativo -  nos hace anhelar a  nuestro cada dia más querido y necesitado Santo, además de único. 

De manera pues que saquen la cuenta: somos un país de diablos y no de santos a juzgar por el  score de muchos soldados  heroicos, Generales dizque Libertadores, dictadores sátrapas y un solo y triste beato que ni a santo llega, todavía. ¿ estamos jodidos?

Aquí tenemos una prerogativa, la primera para ser Santo, y no es otra que morir sacrificado y víctima de un cisma o un verdugo: en esté caso de la gasolina - petróleo, pues - que la época de Gómez  inaugurará  y hara de este un país  moderno.
 

                    Hablamos del

   Dr.José Gregorio Hernández.     



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Para comenzar este es un señor que  nace no precisamente en un Edén, un Paraiso. Nace en una remota y bucólica provincia de un país en ruinas: Venezuela; y de no ser por él y su  bien  merecida fama de taumaturgo, nadie conociera el nombre y menos dónde queda éso con tan extraño nombre que no evoca nada: Isnotú, es la la aldea donde nace.Y, qué de un tiempo para acá está en periódicos, agencias de noticias y reposa en un expediente con su sonoro topónimo en algún escritorio del  Abogado del  Diablo de  La Causa de Los Santos, por allá en el  burocrático y politizado Vaticano.


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Es un país azotado, aquél país donde nace  José Gregorio, por los herederos de los Libertadores que cómo guerreros feudales se disputaban a machete limpio los siervos  y tierras como botín, espoliado el país por el Ejercito de Libertadores:   inmerso entre guerras civiles  interminables que suuje suceden una tras otra arrasando con lo poco que dejó la llamada Guerra de Independencia para caer en otra  más mortifera La  Guerra Federal: conservadores y liberales, amarillos y azules, llaneros y orientales contra coreanos y al fin los andinos con Gómez.

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Los Santos son apolíticos, nos hacen presumir porque nadie se aventura a decir lo contrario,  pero insertos en la maquinaria para producir estereotipos. Su preocupación no es aquéllo de preguntarse:


- ¿el porqué hay pobres ? 

Y, es más,  no deben de tener preocupaciones porqué su razón de existir es la de su manager que le ha conferido carácter y personalidad junto con el carisma apropiado a su objeto ; y el usufructar  generosamente  la amplia protección del sátrapa dictador de turno: José Gregorio  mutó en médico de Juan Vicente  Gómez y de su familia, mutó en médico de los lideres y jefes andinos: esta familiaridad con el poder la usó en provecho de su fama y prestigio personal , el médico y la dictadura se mimetizaron y han evolucionado hacia nuevos objetivos en el pais actual.

Preso en la Rotunda con grilletes 

En vida de José Gregorio fue una época muy oscura para la política venezolana y todo aquél qué se opusiera al régimen de Gómez era asesinado, encarcelado o desaparecido. Entre el peor de los castigos se encontraba ser confinado a la cárcel La Rotunda en Caracas, dónde hoy está la Plaza La  Concordia. Los métodos de tortura iban desde los más convencionales hasta la pena de muerte.

La Rotunda en un dia de visita. Es imposible  que José  Gregorio desconociera e ignorará la Rotunda 


Eso deberia considerarse cómo otra prerrogativa útil y necesaria: la comunion de interés entre religión y estado. El mecanismo perfecto.
                                     



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Corre el año 1864,  y apenas  el año anterior terminaba la Guerra Federal con 300.000 muertos en un país de  escasísimos millon y medio de población, cuándo nace nuestro hombre en el seno de una familia fervorosamente católica. 

En medio de aquélla situación caótica desarrolla unas ansías de estudios y superación intelectual que le carcome el espíritu  y cómo puede se viene a Caracas  - con escasísimos 13 años -  atravesando rutas de mulas y  arrieros, un periplo de montañas y mares, entre caminos sin ley y poblada de cruces anónimas que conjuran al viajero sobre las penas de las ánimas en el purgatorio.

Hace vida de provinciano en aquélla Caracas de vida política convulsionada, de montoneras y de invasores de provincia; y busca alojárse dónde su reputación de cristiano y buen estudiante le permiten: gradúandose de Bachiller y luego de Médico con los mayores honores y loas en la Universidad Central, en medio de un fervoroso y nutrido  grupo de amigos que a fuerza de devoción y carisma ha sabido cultivar entre estudiantes, profesores y todo aquél qué le conoce.

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Completados sus estudios, prefirió regresar a su pueblo natal para atender allí a sus pacientes coterráneos: quizás para saldar una vieja deuda de nostalgia o pagar una obligación de conciencia civil de médico rural o bucar cobres para ir a Paris:-  ¿ o, todas ?

 Visitaba aquéllas aldeas y caseríos montando bestias en caminos de recuas que iluminaban los truenos y de  vendavales que hacian rios de los improvisados  caminos que nacen al cabalgar,  cruzando montes y rios, de día o noche: haciendo la guerra a rezos,  curanderos, brujos y yerbateros, antiguos efluvios  y miasmas.

Ser abnegado y devoto con los pobres,  desprendido: el pueblo, elemento popular o populista parece ser prerogativa de un candidato a Santo.

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 Bolivar y Chávez  junto con  Evita Perón  o el mismo Pablo Escobar  son objeto de culto tolerados pues su influjo da esperanzas y amaina las arrecheras de injusticia social, adormece y convida a  esconder la ira para elevar oraciones y conjuros envueltos en saumerios postrandose sumisos delante de un retablo religiosamente sincretico.


En la urbanizacion 23 de Enero  en Caracas, pero puede ser tu vecindario. 



" <<....Con una capacidad histriónica verdaderamente impresionante, Chávez, desde un principio se fue homologando, primero con Bolívar, acomodando las palabras y los hechos del Libertador a sus necesidades. Llegó a recrear el rostro de Bolívar a su imagen, con sus mismas narices gruesas, labios carnosos y pequeños ojos. Luego, ya no siendo esto suficiente, comienza a transformarse en un nuevo mesías, en un nuevo Cristo. Se hace retratar rezando, arrodillado ante cuanto altar encuentra, abrazando y besando la cruz. ..>>"

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Volviendo a nuestro candidato a Santo José Gregorio: Dicen qué su fama de médico, de hombre instruido, con ideas citadinas, de palabra refinada y estudiada le granjearon muchos enemigos que le miraban de reojo: un godo, le dijerón; oligarca, lo marcaron; enemigo quedó.

 Me van joder:- pensó y recogió sus corotos: además se aburría por demás en aquél ambiente de aldea, calles que bajan y suben, rodeado de vecinos que hablan de cosecha, de la lluvia,  del arado y de la mula para después , y bien entrada la tarde, recostadas las silletas contra la pared compartir el chimo El Tigrito entre trago y trago de miche andino para mitigar el frio y aflojar la ya proverbial lengua andina para entusiasmar la conversa. Y, al otro día: lo mismo.

Isnotú,  ciudad de sabios y santos. 


Decide bajo ese ambiente regresar a Caracas, limpio y sin dónde  caer muerto: Sus ansías de conocimientos, para decirlo de otra forma,  lo llevarán a obtener una beca que un enchufado coetáneo logró - con mucha salibita y sin prejuicio -  conseguir con el presidente Juan Pablo Rojas Paúl para completar sus estudios en París, entonces a la vanguardia de la ciencia médica y de otras  antiteticas devociones  y menos santas ocupaciones y hablábamos - caro amigo - de la Belle Época del artista Tolouse Lautrec y quién  supo retratar como nadie aquél ambiente de Paris que compartió con José Gregorio retratando Montmartre, con sus cabarets, sus putas y  sus artistas y todo tipo de personajes, más o menos sórdidos, que poblaban la noche parisina y que, parece, José  Gregorio ignoraba o se hacia el zoquete con una elegancia supina.

"Examen médico a las putas de Montmatre ", Lautrec 


Desde luego que nuestro santo  no conoció y ni enterado estaba de dónde quedaba Le Moulin Rouge, Les Folies Bergere en las céntricas calles del Pigalle que se entroncan en Montmartre en aquélla bellisima Basílica de Sacrè  Coeur y desde dónde se divisa la belleza y esplendor de la ciudad Luz.

¿  Can  Can ?  ¿ No?: - París era un ditirambo en ésos días. 

Pero sí conoció los avances en histologia, embriologia, técnicas de laboratorio y uso de microscopio que le permitirán ser el fundador  y  titular de varias cátedras innovadoras en la UCV;  y junto a otros médicos cómo Razzetti y  Rangel, en  laboratorios,  sentarón la moderna medicina en Venezuela.


El pobre José Gregorio, cómo muchos ascetas antes que él, decidió  someterse  la tentaciones del mundo parisino para probar sus virtudes. Es el Job de Isnotu  en el aquelarre parisino.

Mademoiselle Cha-u-ka-o

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Muy lejos, y a pesar del extraordinario rendimiento académico y científico ,  José Gregorio no olvida su fervor religioso: dedica el resto del tiempo a la meditación, a la vigilia y al estudio; por la mañana, al mediodia y en la tarde rezaba con la mayor devoción el Angelus; pedia misericordia para él y sus familiares cómo para amigos en la conversion de los pecados;  bendice la comida antes y agradece al Señor al terminar; asiste todas sus misas del domingo con su comunión;  devoto de Santa Teresa y del Sagrado Corazón; practicó el amor al prójimos como parte integral de su devoción de fé.

 Rezaba el Credo, el Trisagio y el Santo Rosario  arrodilllado en las iglesias de Las Mercedes y de la Santa Capilla, en aquélla Caracas aún parroquiana de Gómez y su astringente policía La Sagrada.

Su mayor anhelo era experimentar un Estado del Alma que se vive durante la
unión mística con Dios por medio de la contemplación y una disminución de todas las funciones orgánicas. Cosas que solo se pueden escribir aquí y unos pocos elegidos  pueden experimentar
cómo Santa Teresa que alcanza el éxtasis gracias a una perfecta comunicación con Dios, según escribia en su elegía el mismisimo José Gregorio preocupado por dar a conocer sus experiencias religiosas. 

Busca el éxtasis e ingresa a una congregación... ....


Éxtasis  de Santa Teresa, Bernini.

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Ingresa a La Cartuja del Espiritu Santo, un monasterio ubicado en Farnetta cerca de la idílica  y renacentista  Lucca en la Toscana italiana. Allí Los  Cartujos viven en contemplación, una sola comida al día,  tienen prohibida la carne y comer sólo hierbas cocidas y agua.Pasan el día en completo mutismo y orando. Pasando frio en unas celdas de aislamiento. 

Ascensión  de Giotto.


José  Gregorio se acercaba a su sueño de aldeano de ser santo, estaba en un monasterio resguardado de placeres y vicios del mundo: el mismo que le impedía ser inmaculado y a un paso de ser Santo; en la intimidad de su gélida celda monástica  y bajo la temblorosa luz de los cirios no cezaba de pellizcarse en el antebrazo para despertar  de su ensoñacion y, luego, buscando la imagen que su sombra daba en la penumbra, se repetía - una y otra vez - con voz lacrimosa de canto gregoriano: 

¡ estoy en la  Cartuja !

 " sentía que  estaba pasando trabajo hereje con estos curas italianos y ese sacrificio lo acercaria al Señor."


Llegan los días, unos tras otro inexorablemente, que se multiplican en las largas y tediosas horas: se marchaban y pasaban de largo bajo los muros de la Fornetta, la celda gélida de la Cartuja, dónde José Gregorio arrumaba rosarios y salmos y, en éso, cavilava bajo el trébol de las ojivas con el codo apoyado en la dura piedra y la barbilla en la mano helada y ya empezaba a desesperar pues no se le aparecían ni Jesús y menos la Virgen Maria.

No habia tenido visiones.


¿ y, ahora?



 Su imaginación remontaba a los cuadros del Greco o al que habia visto de Giotto dónde Jesús - Hechos de los Apóstoles 1, 9-1 - se le aparecía a los cuarenta dias a sus más fieles devotos y él, que venia del recóndito  Isnotu cómo quien dice de las antipodas, ya tenia muchos más que esos pobres 40 dias y de Jesús no llegaban ni las espinas, de los clavos ni noticia.

 No habia tenido visiones. 


¿ y, ahora?


Monje cartujo.


El mismo Prior del Monasterio lo eximió y le recomendó regresar a su Isnotu: su cuerpo no estaba acostumbrado a pasar hambre, frío y trabajo. 

¡ Te va dar una vaina ! : sentenció aquel piadoso monje viendo el estado calamitoso de José Gregorio.  

El pobre hombre era más bien bajo con 1.60 de estatura, enjuto y más flaco aún después de pasar  hambre parejo en la Cartuja, con aquélla dieta de pan y agua,  y fue cuándo empezó a delirar por un plátano asado y en su delirio asceta recibió la única visión santa tranfigurado en una arepa divina rodeada por una aureola brillante que desbordaba carne mechada aparecida  entre los cándidos destellos de luz de una velita que luchaba en la oscuridad y el vacío recostado al seco vertebroso espinazo; era de manos pequeñas y más bien delicadas acostumbradas a pasar hojas del breviario  y en general de contextura más bien endeble.

Otro intento, luego de La Cartuja, fue su intención el  ingresar al Seminario de Caracas; las circunstancias y su obligación como catedrático se impuso: diez días duró su experiencia cómo
seminarista.

No habian pasado seis meses y  ya regresaba a  Italia para ingresar al Pontificio Colegio Pio Latinoamericano y, pero,  está vez una fulminante tuberculosis apresuró su regresó a Caracas.

José Gregorio, ensimismado como estaba, habrá pensado, alguna vez, que las dudas y los continuos atrasos que el derecho canónico asume se deben a su poca constancia en la Cartuja y la conseuencia era que no es Santo, aún.


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El día del accidente,  que causó la muerte del Dr.José Gregorio Hernandez,  celebraba 31 años de su graduación como médico.. El día anterior se había firmado la paz de la Primera Guerra Mundial y él había ofrecido su vida por ello:- alcanzo a comentar a un viejo amigo que le visitó ese aciago día.


Funeral 


Fue tanta la gente que acudió  al velatorio en casa de familiares que tuvo que ser habilitado el Paraninfo de  Universidad Central de Venezuela, por ésos días clausurado por el régimen dictatorial de turno: uno de esos titeres nombrado como Presidente por Gómez  para mantener las apariencias.

Luego a la Catedral, y de allí, al Cementerio General del Sur. . El multitudinario entierro tuvo lugar el 1° de julio de 1919. Desde entonces ya lo consideraban santo.


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Al poco de morir, José Gregorio Hernández comenzó a convertirse en objeto de devoción para muchos en Venezuela.

 El sistema comenzaba a  operar:

Su imagen puede encontrarse, hoy día, por todas partes en el país: en carteles, murales urbanos, autobuses y busetas invocan su protección de taumaturgo,  afiches y estampitas cuidan casas y carteras, hospitales y centro médicos  respaldan su calidad invocando  al Santo, figuras de escayola pintadas en negro traje con negro sombrero constituyen parte de la iconografía y se venden como pan caliente; y, claro, también, junto a las camas de los enfermos y las tumbas de los difuntos, para quiénes sus seres queridos reclaman protección y esperanza.

José  Gregorio acompañado de Maria Lionza y Negro Primero.

José Gregorio tiene trabajo que jode, cómo pueden apreciar  en su apretada  agenda.

Ya de facto es un Santo. Para mi, también: " sugiero que sé le postule  como taumaturgo oficial del próximo gabinete pues falta que hace para salvar lo que queda."





NOTA: " si le gusto el asunto: bravo.Si no le gustó: por fin, ¡ albricias !...ud. ha pasado la prueba y está sano." 

Reenvielo a quién  ud quiera.



«Los personajes y hechos retratados en Pura Paja®   son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura paja «.

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Monasterio La Cartuja 





Hudson 1918





Cortejo fúnebre 

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