CRONICA DE MUERTE ANUNCIADA
CRÓNICA DE MUERTE ANUNCIADA
El médico le acaba de decir que tenía vida para un rato, breve quiso decir, un par de meses a lo sumo, y al verla con esa cara de susto mitigó un poco la noticia, pienso yo, dándole una palmadita sobre el antebrazo al momento de cobrar.
- los médicos nos equivocamos, también..... - dijo.
(dejo caer una sonrisa de hiena )
- ya sabes cómo son las cosas de la vida y tendremos que esperar el desarrollo de la enfermedad.
- Claro, claro......- respondió Amalia con un hilo de voz aplomado - agradecidisima, alcanzó a escucharse cómo si la noticia fuera para celebrar.
En la calle fue otra cosa:
el tenue sonrosado de sus mejillas se transformó en un pálido gris que le llegaron a las ojeras, ennegreciendolas por completo, y lo brillante de sus pupilas negras torno a opaca, con la mirada pérdida en el fúnebre desconcierto que es la muerte..
👀
Cómo pudieron la entusiasmaron para pasear en el centro comercial y la publicidad que despertaban siempre la desazón de lo nuevo, de la compra, y sobre todo los luminosos y de alegres colores la dejaban indiferente. La coquetería del brillo del lápiz labial desapareció y las fragancias de perfumes suaves y dulces ya no estaban en su interés al igual que las prendas de vestir insinuantes...ya no le llamaban la atención.
Al llegar a casa Amalia se encerró en su alcoba, y largo rato estuvo sin pensamiento alguno hasta que su alertagamiento la agotó y solo un pensamiento le daba vueltas:
que podía hacer y cómo se prepararía para su muerte?.
Estoy en una encrucijada, expresó en voz baja y vacilaba de un extremo a otro entre ideas que venían y pronto se marchaban barridas una tras otras en un frenético baile de decisiones.
Tenia que trazarse una conducta ante el problema que la acechaba:
la muerte.
Se recostó sobre el espaldar de la cama y sintió que el Cristo, que protegía al lecho, movió el brazo cómo señalando.Metió la mano en su mesita de noche y buscó la libreta del banco Venezuela con ansiedad y con ojeriza vislumbró que lo que había allí poco alcanzaba para una lápida más o menos medio gallina y desechó la idea de planificar entierros y estás cosas. No tenía dinero: tampoco le alcanzaba para resolver las urgencias de sus deudos fúnebres y dejarlos arreglados. Nada que ver, pensó.
No puedo hacer el bien y ganarme el recuerdo de mis deudos fúnebres - se dijo con triste realidad.
Quedaba, claro, la posibilidad de hacer el bien con base a ideas, una conducta intachable aunada a una veneración de un santo icónico milagrero, siempre prosperaba: pero no se le ocurría ninguna digna cómo para trascender en el ratico que le quedaba en éste mundo.
Tendré que arreglarmelas, pensó en su fuero pero mortificada por tener que hacer cosas indebidas, inventando vainas extraordinarias:
los villanos y malos todo el mundo los recuerda y hablan de ellos por mucho más tiempo que de los buenos.
Y así pensando hilvanaba ideas cruzadas cómo está:
" sí como justa no llegó a nada por vainas de tiempo y, además, el pecado se improvisa y desde el punto de vista de chismes el mal, que se dice: el pecado, es más agradecido en publicidad pues aquéllo de ser santo es complicado pues debe comenzar discretamente y tarda muchísimo más en dar resultado; Además debe resolverse con mucho esfuerzo y dedicación."
Además, pensó, el pecado es necesario en nuestra doctrina catolica pues no hay redención sin pecado, y la redención es lo más sublime que hay a bajo costo. Al final seré perdonada - se repetía con voz indulgente.
Pues, adelante con el pecado.
Ay, mamá!
; y se decidió en aquél instante de iluminación: seré pecadora - se dijo.
🤔
Esa noche, Amalia dado vueltas y más vueltas en la cama, se enredaba en las sábanas haciendo un lío, rumiando y cavilando cómo y qué formas de pecar debía tomar para dar de que hablar cuándo esté tiesa: la mayoría eran vulgares o le daban pereza nada más de pensar en ésto u aquéllo...debe ser un pecado fácil, me imaginó: sé pensó ella; debía ser algo que levantará el polvo adormecido del barrio y que el último chisme sea el acicate para un nuevo pecado aún más escandaloso levantando el morbo de aquéllas gentes enmohecidas en el credo, la moral y la familia.
Por fin, a la una y media de la madrugada, se le ocurrió una idea espantosa pero que al propósito de Amalia era del carajo.
😟
El primero será Juan Segundo, que la espiaba con la mirada lasciva todas las mañanas, y además vecino y compadre de su tio Julián: si, ése mismo. - pensó Amalia.
Juan Segundo era un hombre que se las daba de levantador pese a la carga de tres muchachos, una mujer, un carro Ford y una hipoteca pero gozaba de respeto en el barrio - pues era cumplidor en el hogar - condiciones que auguraba un éxito estupendo: tendrían bastante de que hablar.
No bien amaneció ése día cuándo Amalia con su vestido ceñido al cuerpo, negro el color y mostrando media pierna, calzada con sus tacones más altos que nunca; y sus tetas pequeñas pero paraditas hicieron lo demás: lo esperó en celada, bajando la cuesta que conduce a la parada, y adornada con su mejor sonrisa lo abordó con un "dame la cola" Juan Segundo.
La desgracia de Juan Segundo terminó en 8 días: vendió casa y carro para complacer a Amalia y sus fugaces devaneos de antojos y extravagancias: hoteles de lujo y el más exquisito plato en el Restaurant de moda, ropas de boutique, oro y cadenitas de brillantes espejos con azabaches para el mal del ojo abundaron cómo nunca y que la dejaron elegantemente vestida y adornada.Juan Segundo se cogió un Virgo que no era del zodiaco, culeaba todo el día, noche y día, y el trabajo lo mando al carajo; un frenesí que comenzaba con champán y terminaba con un juego más atrevido que el último que le renovaba la lujuria; la casa y los muchachos para el coño: estaba embriagado de cópula. Juan Segundo terminó en la calle y loco, no sé le vió nunca más, y la familia arruinada se mudó para Cumaná, buscando refugio en casa de los abuelos.
Le tocó el turno al portu de la bodega que terminó vendiendo todas las verduras y las latas de sardinas, junto con las neveras cargadas de Pepsi Cola, para salir del aprieto de las deudas que le dejo aquélla aventura de un rato; y arrinconado por Fátima: que lo dejó por arruinado y por pendejo.
Después el panadero Manuel que hasta la candela del horno - ni hablar de su Toyota four runner - empeño para regalar más que una pantaleta; siguió luego el profesor, que daba clases de castellano en el vecino liceo, todo un escándalo escabroso, y que vino a parar durmiendo en el poste de la parada cubierto de cartones roidos de cucarachas pero soñando con las caricias de Amalia y el rojo carmesí de su brassier tejido con hilos de la seda china.
Se dice y cuenta y no se lo cree nadie pero de esta forma y peculiar arte la moribunda Amalia se fue haciendo de una reputación apreciable en aquélla localidad de paseo marítimo.
🥵
A todas estás la fama de Amalia ya sobrepasaba los límites del barrio e inundaba las plazas y los paseos de la ciudad de paseo marítimo, ya no tan próspera pero aún con real, pues contaba con un incipiente, pero leal, club de admiradores de sus favores y era una auténtica celebridad y a tal punto que los padres recomendaban a los hijos emular el arduo trabajo que Amalia ejercía para ganarse la costosa y difícil vida de aquéllos tiempos de vorágine: fíjate cómo trabaja Amalia, le increpaban a lo jovenes cómo modelo de éxito.
No existía fiesta de carnavales sin que las niñas se vistieran emulando a Amalia, copiaban los mohines graciosos y la sonrisa sensual.Pintas aparecían por doquier, abundaban en época de elecciones paredes y muros con unos garabatos pintados que parecían ser unos labios rojos que fungian de ícono politico, postulando a Amalia de alcalde o presidente, los menos. Era digno de ver.
No creo que haya muchos moribundos tan lanzados cómo Amalia y que de una triste muerte segura tránsiten al éxito fulgurante de la mano de la pelona.
😆
De seguro Amalia sentía una angustia difícil de explicar. Por dónde viene la muerte, que no la veo?.Y, sobre todo, por qué viene tan despacito que ni sus pasos siento cuándo se me acerca para atormentarme?
Y, si, si al caso vamos, Amalia se encontraba bien y sacando ventajas de la prominente muerte: acaso, a escasos 2 meses.
Tal fue su inquietante duda, alarmada cómo estaba de su buen estado físico, que al otro día después de llegar de Miami, fue a visitar al médico.
- Doctor - le dijo - Está seguro de mis dolores?
- Bueno, los dolores están ahí pero engañan -- respondió con un vago ademán - y pero lo que la está dañando es otra cosa. ! Carmen !
Y, apareció la enfermera
- Traigame la ficha del paciente - ordenó.
Se la trajo y tardó unos minutos largos en examinar la ficha en vez de examinar a Amalia.
- Si - dijo - le queda menos ahora, que antes. Un par de meses, si se cuida. No fume ni beba.
- Pero no me duele nada, Doctor.Es esto normal? - le preguntaba Amalia
- Más o menos - contestó el Doctor sin levantar la vista de la ficha - No se preocupe ud: le podría recetar unas pastillas para agudizar más los dolores en el lado derecho pero le quitarán el apetito y unos mareos le darán: convienen para su tratamiento. Pero no estoy de acuerdo con sobremedicar.De todos modos acá tiene ud la receta médica que incluye un protector gástrico. Haga un esfuerzo, el enfermo debe colaborar.
🤢
Amalia no perdía oportunidad de visitar al médico, al fin y al cabo, se había convertido el inefable Galeno en un seguidor de la celebridad y que él, inesperadamente, había creado: seguía con pasmosa meticulosidad las apariciones públicas de Amalia, sus correrías y divertiase de lo lindo con los chismes que de boca en boca le llegaban que si pasó la noche acá con fulano o hizo con mengano, todo ello constituía noticia: incluso los anotaba en la ficha del paciente Amalia.
Ese día, Amalia sintió un mareo, y un vahio, dándose un borroso golpe en la acera, que le preocupó tanto que volvió a preguntarle.
- Doctor. Como me encuentra? Falta poco, más o menos? - le dijo Amalia.
El médico sin inmutarse para nada le hizo sacar la lengua y se adentró hasta allá adentro de la garganta con la ayuda de una paleta de madera. Luego le iluminó los ojos con una lamparita y dio media vuelta para colocarse detrás del escritorio.
- Desdé cuándo no come ud ?- le preguntó el Doctor - Y le recomendó comer completo pues asumía que había dejado de comer cómo debe ser, saltando comidas a causa de su crónica fúnebre anunciada.
- Hambre, tiene ud.- dijo
- y, lo otro?. lo de mi crónica de muerte....? - dijo Amalia
- Va yendo, no se preocupe, que de eso está seguro - dijo el Doctor.
El médico, ese día, simulaba entre distraído y preocupado. Asustó Amalia con unos ademanes, que terminaron por alarmar a Amalia; dió dos vueltas al escritorio, rodó la silla discretamente y cruzó los brazos y terminó poniéndolos en la espalda.
- Menos mal que vino hoy. Pues tengo una noticia enormemente importante. Por favor tenga calma.
A todas estás, Amalia trémula por la noticia, empezó a sollozar y escuchó al médico.
- Su enfermedad tiene cura a raíz de unas recientes investigaciones y sobre la cuál tengo noticias pues yo mismo he dado con gran parte de la sanacion y cura definitiva. Ésta clínicamente y radiológicamente comprobado - dijo, con la pasmosa seriedad que le caracterizaba.
El médico rayo su recetario con unas líneas, la firmó con unas rayas más y entregó el recipe a Amalia.
Amalia - aún sin poder masticar la nueva crónica de su muerte anunciada- le contestó totalmente compugida : Y, no dentro de pocos días dirán: perdone Amalia, fue un error?
-Pero si und.viene gozando un puyero con el tiempo de vida que le queda. Un bola y parte de la otra - sentenció complacido el inefable Doctor
😜
Así y desta forma Amalia caminaba con la mente en blanco, cómo desvanecida de este mundo, pensando a veces y otras en blanco de pensamientos:
Cuánta gente no muere a cada momento sin tener los días contados?
Sin saber que le quedan dos meses o una semana de vida?
Y, ahora, que estoy a medio camino de hacer historia, de vivir esta vida desenfrenada:
podré continuar siendo una celebridad?
Que será de mis admiradores y de mi público,?
No seré nadie y nadie no es nombre para mí.
Cómo es que después de meterme a puta por prescripción médica, que vaina, ahora el inefable Doctor me prescribe pildoras: cómo si fuera tan fácil!
Parose en seco, las piernas le temblaban, en medio de la calle y mirando el recipe que traía en la mano: lo arrugó en el puño, dio otro apretón más y formó una pelota de papel tan pequeña que empezó a morder y cómo pudo lo engulló: sintió lo áspero del papel raspando en su garganta y se dijo, repitiéndose:
Soy Amalia.Amalia.
Los personajes y hechos retratados en Pura Paja® son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura paja «.
Pura Paja®
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